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Comprometidos con el Medio Ambiente. Por María Emilia Adán

En la pasada Cumbre del Clima (COP25) los científicos intervinientes mostraron un horizonte nada halagüeño pero nos dieron esperanza, todavía podemos reaccionar, estamos a tiempo, pero éste se acaba. Impliquémonos en la preservación de nuestro hábitat personal y profesional. Los registradores estamos comprometidos con el Medio Ambiente.

 

En nuestra vida cotidiana, cualquier gesto por pequeño que nos parezca tiene un efecto directo o indirecto sobre el aire que respiramos, el agua que bebemos. Los hábitos de nuestras oficinas pueden y deben cambiar.

En nuestra vida profesional, implicándonos para que la Institución Registral ofrezca su apoyo a la regeneración de la biosfera, ofreciendo el control por parte del registrador de las transacciones, evitando aquellas que puedan dañar nuestras costas, nuestros montes o nuestros barrancos.

El Estado es consciente de que debe cohonestar la necesaria conservación y regeneración del territorio con la seguridad jurídica. Debe velar por evitar la especulación sobre el terreno quemado tras un devastador incendio, por exigir la limpieza de los suelos que se han contaminado como consecuencia de actividades industriales, por evitar la construcción en zonas inundables, o por poner en valor las viviendas con certificado de eficiencia energética. Con esta finalidad ha legislado imponiendo al tráfico jurídico una serie de limitaciones legales que operan sobre el territorio. El ciudadano, para colaborar en su preservación y cumplimiento, debe tener conocimiento, y también el inversor debe poder hacer un análisis económico de sus operaciones contando con ellas. Y es aquí donde la Institución Registral colabora proporcionando transparencia en la contratación, evitando asimetrías en la información, incentivando la conservación voluntaria del medioambiente y generando confianza.

La Institución Registral, a través del Registro de la Propiedad publica la información asociada al territorio, lo que impide alegar por el ciudadano o por el inversor desconocimiento de la naturaleza de los suelos. Esto es, por ejemplo, que un determinado suelo fue objeto de incendio hace menos de 30 años, y no se puede cambiar su uso rural, o que ha de sufragar como propietario los gastos de limpieza de un suelo contaminado, o que su vivienda tiene un determinado certificado de eficiencia energética, o en qué fase está su huella de carbono. Para ello contamos con la representación gráfica de las fincas que permite conocer por ejemplo si un inmueble situado en la costa invade o no la línea de dominio público terrestre o si está atravesado por una vía pecuaria.

La Institución Registral ,también a través del Registro Mercantil, donde se depositan las cuentas de las empresas, sirve de instrumento a la sostenibilidad. Ya desde 1998 y especialmente tras la orden ministerial de 1999 se incorpora a determinadas empresas una nota de información medioambiental. Esta circunstancia permite conocer a los accionistas, a la administración y a los potenciales adquirentes el cumplimiento de los compromisos medioambientales asumidos por las empresas. Los estados de información no financiera permiten al ciudadano hacer una apuesta por la sostenibilidad, primando la relación con aquellas que adoptan políticas alineadas con los ODS de la agenda 2030.

Hace falta una política decidida por la utilización de los recursos registrales como soporte a la biodiversidad, tanto por parte de los ciudadanos como de las Administraciones Públicas . Contribuyamos todos a la transparencia, y la accesibilidad de la información.

María Emilia Adán es decana del Colegio de Registradores de España