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La pandemia causa estragos en el alquiler vacacional

 

Tan solo un 18% de los propietarios pone sus viviendas en el mercado del alquiler turístico. La pandemia de coronavirus ha golpeado con fuerza a todos los sectores económicos y, sin duda, ha causado estragos en el alquiler turístico. Esto supone, que el 84% de los alquileres se destinan a uso residencial.

De hecho, el 69% de los propietarios piensa que debido a la situación epidemiológica es más seguro el alquiler residencial tradicional que el turístico. En línea con esta convicción, el estudio “Impacto de la pandemia en el alquiler vacacional” de Fotocasa revelaba que el 64% de los propietarios de pisos turísticos se habían pasado al alquiler residencial durante la pandemia.

El 52% considera, además, que las medidas regulatorias restrictivas lanzadas por las administraciones públicas contra los alquileres turísticos están desincentivando este tipo de alquileres.  Según los expertos, el reto del alquiler, tanto para los arrendadores particulares, como empresas, será el de sobrevivir en este mercado ante la aplicación de la nueva Ley de Vivienda, con un mercado a dos velocidades debido a la aparición de zonas tensionadas, con una mayor inseguridad jurídica ante las medidas intervencionistas sobre la propiedad privada y el derecho de los arrendadores. 

También un alto porcentaje, concretamente un 46%, afirma que el hecho de que en algunas ciudades como Barcelona se esté anunciando la prohibición de alquiler de habitaciones a turistas le hace apostar por alquilar su propiedad en la modalidad residencial. Solo el 32% volvería a apostar por esta modalidad cuando vuelva el turismo porque considera que es más rentable.

Los expertos inmobiliarios coinciden en que sigue existiendo una contracción de la demanda, que, junto con una gran bolsa de stock de propiedades en alquiler sumadas a las propias de alquiler vacacional, ralentizan el proceso de recuperación de los precios.

En definitiva, un tan solo un 2,1% de las viviendas en propiedad que existen en España se han mantenido en alquiler de régimen vacacional durante el 2021, a pesar del repunte experimentado por el turismo una vez se han relajado las restricciones impuestas durante la pandemia, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Entre todos esos alojamientos de corta estancia sumaban 1,49 millones de plazas, con una media de 5,1 plazas por inmueble.

Pese a dicho aumento de la actividad y tras el largo periodo de vacunación masiva de la mayoría de la población, el porcentaje de vivienda en régimen vacacional no ha sufrido cambios, puesto que hace seis meses esta cifra se situaba exactamente en un 2,1%, según el análisis ‘La vivienda vacacional en 2021’ realizado por el portal inmobiliario Fotocasa.

Esto indica que no se han producido los trasvases de vivienda vacacional hacia alquileres a largo plazo que se vieron durante los primeros meses de la pandemia. En sentido inverso, tampoco los pisos que se pasaron al alquiler convencional durante la fase álgida de la pandemia están volviendo por ahora a la modalidad turística.

Esta congelación de la oferta del mercado del alquiler vacacional choca con las preferencias de los consumidores, que paulatinamente están recuperando su demanda de este tipo de establecimientos. Así, según el informe de Fotocasa, el porcentaje de encuestados que han alquilado o piensan alquilar un apartamento turístico durante sus vacaciones ha incrementado del 12,8% en septiembre de 2020 a un 15,3% en la actualidad, remontando progresivamente hacia el 17,2% que existía en 2019, antes de la pandemia de Covid-19.

Por otro lado, también ha incrementado la demanda por parte de los usuarios de alojamientos hoteleros convencionales, que pasa de un 22,8% del total de encuestados en 2020 a un 33,2% en la actualidad, acercándose también a la cifra del 42,2% de septiembre de 2019.

Por el contrario, se reduce el porcentaje de personas que han disfrutado o piensan hacer uso de su segunda residencia (del 10,6% -tanto en 2019 como en 2020- al 6% en 2021) o bien acudir a una segunda residencia de familiares o amigos (del 23,3% en 2019 y 21,9% en 2020 al 14,4% en 2021).