El nuevo índice no solo permite medir globalmente la actividad del sector sino también identificar los factores que propician el incremento de la misma, lo que convierte al IRAI en la referencia nacional como un indicador de la evolución del mercado inmobiliario y en una especie de IPC del sector, ya que se sigue una metodología similar a la que utiliza el INE para medir la inflación.
Valor de IRAI en 2017
Con base 100 en el año 2003, el índice alcanza un valor de 98,26 en el tercer trimestre de 2017 (94,34 en el IRAI suavizado o subyacente, una versión con datos anualizados para evitar la estacionalidad) , con lo que la actividad del sector inmobiliario y de la construcción se encuentra un 29,7% por debajo del primer trimestre de 2007, que es cuando el índice señala el nivel máximo de actividad, con 139,90 puntos. A partir de ese momento se inició una aguda caída, que con un ligero repunte en 2010, se prolonga hasta el cuarto trimestre de 2013, en el que cae a su nivel más bajo, con 67,98 puntos, lo que representa una contracción acumulada en siete años del 51,4%.
Según este informe, en 2017 (nueve primeros meses), el IRAI ha aumentado un 10,12% gracias fundamentalmente a la parte relativa a propiedad, sobre todo por el número de compraventas de viviendas de segunda mano y en menor medida, aunque también de forma destacada, por la hipotecas concedidas. El impulso que en este periodo ha aportado el componente mercantil ha sido algo menor y se ha debido básicamente al descenso en el número de empresas en concurso de acreedores, ya fueran, sociedades de construcción o firmas inmobiliarias.
Entre julio y septiembre, la tasa de variación trimestral ha sido del 0,96% con una repercusión de la parte mercantil del 0,78% y del 0,18% la parte de propiedad