Creada en 1646, era la institución encargada, fundamentalmente, de llevar en libros los negocios que se hacían sobre los inmuebles de Madrid como ventas, herencias, obligaciones, censos, fundaciones, etc. A partir de la Pragmática de Carlos III de 1768 se extiende a toda España bajo la denominación de Oficio de Hipotecas, aunque se le siguió conociendo con el nombre de Contaduría, que fue sustituida por el Registro de la Propiedad en 1861.
Las consecuencias de este Reconocimiento o Visita General, que dejó un rastro visible en pequeños azulejos de letra azul que perduran en muchas casas de la capital, son decisivas para la organización de la ciudad: no solo los planos recogen esa numeración, sino que el Oficio de Hipotecas adapta su estructura a ella.
Los libros de la Contaduría de Hipotecas que hoy se conservan, cuya custodia y gestión está a cargo del Colegio de Registradores, representan un archivo de interés jurídico e histórico, al revelar una parte de la Historia de Madrid, entre los siglos XVII y XIX. La mayor parte de los mismos están clasificados por manzanas, coincidiendo con el plano de Madrid de 1769, cuando la ciudad contaba con 557 manzanas o islas y 7.500 casas.
El Colegio de Registradores de España y la Universidad Autónoma de Madrid, a través de su Fundación, han firmado un convenio para la ejecución de un proyecto que permitirá la instalación, identificación y descripción de estos fondos documentales.
Esta iniciativa, cuyo objetivo final consiste en poner a disposición de la comunidad científica y de la sociedad en general los documentos de la Contaduría de Hipotecas, se enmarca en las actividades del Centro de Investigación de Derecho Registral de la Universidad (CIDRE-UAM), constituido con la finalidad de servir como plataforma para fomentar la investigación, el debate y las publicaciones en el ámbito del Derecho registral y de la denominada seguridad jurídica preventiva.